Spawn


Al Simmons era negro, malo y estaba muerto, fórmula que no hería la suceptibilidad del lector de comics hasta ese momento. Pero resultó que todo eso era sólo el comienzo y que, regresado del infierno en un cuerpo monstruoso lleno de remaches, andrajos y cadenas, se convertía en una especie de héroe metafísico en guerra constante con el horror del que era fruto, con un cielo burocrático lleno de ángeles despiadados y sensuales que acudían a la batalla en armadura y colaless, y con la propia perversidad interior que había destruído su vida, y amenazaba convertirlo definitivamente en instrumento de un oscuro titiritero infernal.

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